'Es chévere ser grande, pero es más grande ser chévere'- Hector Lavoe

¿Te pareció faite el concierto de los Depeche Mode?

martes, 29 de septiembre de 2009

El flaco con más esquina y quimba

Un día como hoy, el Callao, Ponce y el mundo entero vio nacer a la voz endiablada y maldita del vástago más ilustre de la salsa: Héctor Lavoe. El único hombre que respiraba bajo el agua hubiese cumplido 63 años. Donde demonios estés, se te echa de menos cojonudamente. Con tus desvaríos y tus improvisaciones, así, todito se te extraña, Jibarito. A continuación, unas sabrosas líneas de uno de tus tantos fans que ha cantado, llorado, gozado y bailado tus líricas.

Héctor Juan Pérez Martínez nació en 1946 y quizá pueda llegar a ser la persona más retratada del Callao y balnearios. Lo vemos allí, quietecito, con una sonrisa tierna y coqueta, posando para el que lo dibuje. Y claro, también está su anillo, su infaltable anillo, único amigo y compañero de mil y una noches.

Héctor Juan Pérez Martínez quizá también sea el bastardo más engreído y aclamado del Primer Puerto. Al fin y al cabo, era el malo de malos, el acharlado.

Porque él también era la Fama, era aquel que la gente reclama y nadie podía comprender. Héctor Lavoe encandilaba a los marihuaneros, a los cocainómanos y a los reclusos. A los que les falta y a los que también les sobra. A los necesitados y a los que no necesitan. A los ladrones y a las prostitutas.

Era la voz de los marginados. De aquellos que son indigentes y que, al igual que el sonero, siempre buscaban algo en la vida…

… El problema era saber qué buscaban.

Con unos lentes más brillosos que una ráfaga de sol serrano, y con un amasijo de alhajas (anillo y reloj de mafioso respectivo), Lavoe simbolizaba al perfecto ‘malulo’ del barrio.

Nadie lo comprendía. Nadie entendía en el fondo qué demonios decía entre líneas el Jibarito de Ponce. Sin embargo, todos se regodeaban en su fama, en sus alhajas, en su esplendor y en su droga.

Si a Héctor lo pasamos por el diorama de la peruanidad, de seguro que sería uno de esos sujetos de abdomen abultado que siempre andan con lentes oscuros y que paran en las esquinas, mirando a todos los lados.

Sería también uno de aquellos borrachitos que andan buscando un porqué a su existencia. Un infame motivo para seguir viviendo. Que chupan y chupan hasta desfallecer, hasta morir en vida. Porque algunas vidas son un suicidio constante y ya dejan de ser vidas. Lléveme al número trece de la calle tristeza, esquina agonía que allí moriré.


Bonus Track

Un tridente de sus himnos que nos dejó para la posteridad. Para el sufrido que goza y para que el goza sufrido. ¡Sacúde, doble fea!

- 'Te hallé como se encuentra una moneda... rodando por las calles de la vida...' (En la fenecida Feria del Hogar, 1986).


- Ocho minutos donde le canta a la tristeza y el vacío.




- De Fama, drogas, soledad y demás demonios.

martes, 15 de septiembre de 2009

¿Qué tienen en común Michael Jackson y Los Terapeutas del Ritmo?

Esto:



Ahora hay una razón más para tonear sabroso al ritmo de Maikol Yakson aderezado de la rica y pulposa cumbia. Que los dj's lorchos incorporen desde ya esta canción en su set list porque hará bailar a todititos.

Por mi parte, estoy dispuesto a contornear mis abultadas caderas al ritmo de la voz de esta chiquilla que parece haber acabado sus tres años en el Icpna, Británico o Cicex.

Se fue el fantasma de Hollywood

miércoles, 9 de septiembre de 2009

De yapa..



El otrora 'Enano erótico de la TV' ahora se nos recursea bailando al estilacho del Maikol Shakson y encandila, con sus eléctricos movimientos, a los gringos de la Gran Manzana. ¡Go Uchita!

Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis


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